sábado, 20 de febrero de 2010

No eres tú, soy yo

Soy yo que me despierto por las noches
diciendo tu nombre,
que amanezco con lágrimas en los ojos
cada mañana.
Soy yo, adivinando entre tus palabras
alguna señal de partida hacia todas partes.

Soy yo que poco a poco
─y en silencio─
voy llenando mi corazón
con un poquito de ti
en cada tarde.

Ya estamos aquí.
¿Qué sigue?

No te sientas mal.
No eres tú, soy yo.