viernes, 10 de septiembre de 2010

¡Ah soledad!

Tú: más mío que mi mano izquierda,
el aire triste, y caminar.

Un gota cae.
Un pedazo de luz la atraviesa.
Atrás: un árbol y una piedra.
El sueño del asceta.
Cae la doncella.

Cae una pluma, una hoja,
el profeta muere,
y atravesando su cadáver,
el cielo.

¡El cielo!