Nadie puede comprender
porqué cuando beso tus manos
te digo
─muérete,
huye de la vida,
de ésta vida,
de las existencias
fútiles.
porqué cuando beso tus manos
te digo
─muérete,
huye de la vida,
de ésta vida,
de las existencias
fútiles.
Tú eres el profeta
ante cuya visión
el universo se revela
en la forma,
en la idea,
en la flor
y el perfume,
o en todas las voluptuosidades
de la palabra
y el verbo
antiguo
hecho carne.
Tú eres el ser de las horas,
el navegante,
el adorador del mar;
el espíritu itinerante,
la travesía palpebral
hasta la pupila
amante;
hasta el gesto.
ante cuya visión
el universo se revela
en la forma,
en la idea,
en la flor
y el perfume,
o en todas las voluptuosidades
de la palabra
y el verbo
antiguo
hecho carne.
Tú eres el ser de las horas,
el navegante,
el adorador del mar;
el espíritu itinerante,
la travesía palpebral
hasta la pupila
amante;
hasta el gesto.
Y ¿A dónde vas, entonces?
¿De dónde vienes?
¿De dónde vienes?
Tocas mis labios
como si fueran rosas,
y yo solo puedo
callar y esperar
a que separes cada sépalo,
cada vuelta de corola
y descubras adentro
no mi muerte,
sino la semilla.
como si fueran rosas,
y yo solo puedo
callar y esperar
a que separes cada sépalo,
cada vuelta de corola
y descubras adentro
no mi muerte,
sino la semilla.
Ahora, se ve nacer
entre los astrágalos
de nuevo la palabra;
transfigurada
por tu arte alquímico,
en hoja de oro,
extraida
de la Estigia,
ungida
de ambrosía.
entre los astrágalos
de nuevo la palabra;
transfigurada
por tu arte alquímico,
en hoja de oro,
extraida
de la Estigia,
ungida
de ambrosía.