domingo, 15 de agosto de 2010

Horizonte

Ventrículo izquierdo, corazón abierto.
¿Es a él que buscas?
¿Aquí vuelas?
¿Aquí esperas?
¿Aquí callas?

Qué amar tan desmesurado,
qué besos tan desbocados,
qué hallar tan fortuito.

¿No es acaso, en el alba azul
de tu vientre que las llanuras
de tu ser se extienden?

(Esas olas invisibles del mar de tus ojos;
tu cabello flotando a la deriva)

Tú, pintando el cielo con los dedos.

Tu andar acompasado,
como de sombra al mediodía.

Y revivirán las sombras pálidas del olvido
en las almas.

No habrá ayer sin mañana.

Y ni si quiera el hombre podrá
salvarnos entonces.