Como un árbol sin copa,
como un toro sin ruedo,
como un cielo sin nubes,
como un cobarde sin miedo.
Como un hombre sin sombra,
como una sombra sin dueño,
como una noche sin luna,
como un deseo sin veneno.
Como el mar sin espuma,
como un mudo sin secretos,
como un ayer sin mañana,
como un hoy sin recuerdo.
Lo ineluctable de lo urbano, de lo cotidiano, de lo ordinario y de lo insignificante
jueves, 29 de julio de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
De la poesía
Sin saber por qué, me dió por escribir poesía. Quizás así puedo escribir un montón de generalidades sin que me llamen científico, o cuerdo. Puedo ponerle "verso" los mismo a media rima que a un punto y coma; a un serventesio que a una grulla de letras. Puedo poner un vaso en el baño, un grito en el cielo, o un treinta y dos de febrero en el calendario. Puedo dejar la soledad para los tontos, o el amor para los locos. El vicio para los virtuosos y la virtud para tus procos. Puedo comenzar lo mismo por el medio, que por final; al fin nadie entenderá lo que quise decir y ─con suerte─ entenderán lo que quisieran, pero no pueden decir.
martes, 27 de julio de 2010
El eco del poeta (fragmento)
En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre quisiera acordarme, no ha mucho que quería abandonarme de todo. Dejarme ir para no volver; deshacerme para siempre de ese tipo pedante e insoportable en el que me he convertido. Se escuchaban las olas, el viento. Olía como a mar viejo; como si siempre hubiera existido. Sentí los estragos del cigarro: ya no sabía si soñaba. Era un hermoso paisaje, sin duda. Daban ganas de verlo por una ventana.
¿Quién diría que ahí estaba yo?
Comencé a recordar el ruido lejano de las aves mientras dormía a medio día. Esa misma soledad que entonces sentía; cuando despertaba llorando y ya no veía hacia arriba.
Hace mucho que todo aquello acabó. Quizás se me terminaron las lágrimas, o quizás morí de tristeza. No sé. Quisiera esconderme de todo; de nada. Escribir y cantar, nada más.
sábado, 24 de julio de 2010
Mírame
Una ventana marchita,
un libro que ya no se lee,
un mudo en el campanario,
un alba por la noche
y morir al amanecer;
un misal abierto en lunes,
una carreta sin ruedas;
una sombra abandonada
con una duda moribunda;
una nota sola sobre la mesa,
un trozo de madera seca,
un ayer sin porvenir,
una tarde sin recuerdo;
una manzana mordida a medias,
un cielo sin escondite,
una esperanza sincera.
un libro que ya no se lee,
un mudo en el campanario,
un alba por la noche
y morir al amanecer;
un misal abierto en lunes,
una carreta sin ruedas;
una sombra abandonada
con una duda moribunda;
una nota sola sobre la mesa,
un trozo de madera seca,
un ayer sin porvenir,
una tarde sin recuerdo;
una manzana mordida a medias,
un cielo sin escondite,
una esperanza sincera.
jueves, 8 de julio de 2010
viernes, 2 de julio de 2010
¿A dónde?
¿Dónde he de buscar la verdad?
¿A dónde llevaran mis pasos
a estos tristes sentimientos de franqueza?
¿Dónde es que se perdió el destino
para dar paso a la circunstancia?
¿A dónde iremos para reencontrar
nuestras pretensiones de grandeza?
¿Qué le sucedió al aplomo
de tus versos y tus palabras?
(A ese acento triste con que
arrastrabas las palabras
sobre tu espalda;
y soñabas con un mejor mañana.)
¿A dónde iremos para escapar de
ésta realidad tan inexorable?
¿Cómo deconstruiremos
nuestros pasos? (Las formas inherentes
del sentimiento minimalista)
¿A dónde iremos?
¿A dónde?
¿A dónde?
¿A dónde llevaran mis pasos
a estos tristes sentimientos de franqueza?
¿Dónde es que se perdió el destino
para dar paso a la circunstancia?
¿A dónde iremos para reencontrar
nuestras pretensiones de grandeza?
¿Qué le sucedió al aplomo
de tus versos y tus palabras?
(A ese acento triste con que
arrastrabas las palabras
sobre tu espalda;
y soñabas con un mejor mañana.)
¿A dónde iremos para escapar de
ésta realidad tan inexorable?
¿Cómo deconstruiremos
nuestros pasos? (Las formas inherentes
del sentimiento minimalista)
¿A dónde iremos?
¿A dónde?
¿A dónde?
Ven, vayamos a ningun lugar,
Donde nunca nos encontramos.
Perdámonos entre nosotros;
Divaguemos de Aristóteles
Y del Séneca...
Entonces me verás a los ojos
Y me dirás esos versos
Que tanto me gustan.
Ven, vayamos donde valga la pena;
Hablaremos del nunca
Y del todo haremos conclusiones.
Ya no habrá más ¿volverás?
Estaremos ahí siempre.
Tú a mi lado y yo al tuyo
Como si valiesen las cosas la pena,
Sonreiré y tu sonreirás
Siempre siempre siempre.
Donde nunca nos encontramos.
Perdámonos entre nosotros;
Divaguemos de Aristóteles
Y del Séneca...
Entonces me verás a los ojos
Y me dirás esos versos
Que tanto me gustan.
Ven, vayamos donde valga la pena;
Hablaremos del nunca
Y del todo haremos conclusiones.
Ya no habrá más ¿volverás?
Estaremos ahí siempre.
Tú a mi lado y yo al tuyo
Como si valiesen las cosas la pena,
Sonreiré y tu sonreirás
Siempre siempre siempre.
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