martes, 27 de julio de 2010

El eco del poeta (fragmento)

En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre quisiera acordarme, no ha mucho que quería abandonarme de todo. Dejarme ir para no volver; deshacerme para siempre de ese tipo pedante e insoportable en el que me he convertido. Se escuchaban las olas, el viento. Olía como a mar viejo; como si siempre hubiera existido. Sentí los estragos del cigarro: ya no sabía si soñaba. Era un hermoso paisaje, sin duda. Daban ganas de verlo por una ventana.

¿Quién diría que ahí estaba yo?

Comencé a recordar el ruido lejano de las aves mientras dormía a medio día. Esa misma soledad que entonces sentía; cuando despertaba llorando y ya no veía hacia arriba. 

Hace mucho que todo aquello acabó. Quizás se me terminaron las lágrimas, o quizás morí de tristeza. No sé. Quisiera esconderme de todo; de nada. Escribir y cantar, nada más.