sábado, 24 de julio de 2010

Mírame

Una ventana marchita,
un libro que ya no se lee,
un mudo en el campanario,

un alba por la noche
y morir al amanecer;

un misal abierto en lunes,
una carreta sin ruedas;

una sombra abandonada
con una duda moribunda;

una nota sola sobre la mesa,
un trozo de madera seca,
un ayer sin porvenir,
una tarde sin recuerdo;

una manzana mordida a medias,
un cielo sin escondite,
una esperanza sincera.