No eres la mitad que me falta,
pero te necesito.
Sin ti sería
como el cielo sin agua,
o como el árbol
sin río;
silencio sin respuestas...
Porque la luz encierra
la sombra que no existe,
el camino que no se halla.
Y sin embargo nadie escucha
cómo caen mis pensamientos,
y nadie me escucha
en mi agonía,
sino tú.
Porque digamos
que es larga la espera,
que hay que esperar.
Que algún día llegarías,
y aquí estás.
Cuando no estás aquí
hablo de ti,
como si al mismo tiempo fueras
mar abierto
y desierto.
Y como no eres
aquello que no tengo,
te temo,
en busca de todos los ecos.
A lo mejor no existes,
y solo existes en mi deseo.
1 comentario:
¿Podrá existir otro individuo amigo que exprese con tanta fluidez, naturalidad y belleza miel de suplicios también míos?
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