martes, 22 de septiembre de 2009

Ricardito

Ésta es la única cosa que publicaré en mi blog que no es de mi autoría. Lo hago sólamente porque yo no hubiera podidolo dicho mejor y por que creo que Tute ya tenía bien merecido un homenaje. Ésta es la historia tras un cartón del autor que describe mi situación actual casi a la perfección. Quienes me conozcan bien sabrán de inmediato a qué me refiero con el casi:
Era un muchacho especial, Ricardo.
Era capaz de sentir la paz de todo un camino, el perfume de
la tarde lenta y silenciosa en compañía del sol, con sólo ver una parcela de
pasto.
Sí, era muy sensible. A veces se demoraba en las canillas del
barrio y, en cuclillas, veía en cada gota lo que se desprendía, un río o un mar,
de inquietas aguas (hasta alcanzaba a sentir su sabor y su humedad en la
piel).
Una vez me dijo que en los ojos de un ave se encuentran todas
las alas y todos los cielos.
Él atravesaba nubes blancas, sobrevolaba altas montañas o
flotaba en el aire, con sólo mirar un pájaro.
El ojo de una cerradura lo convidaba con un mundo lleno de
cosas que aguardaba ser descubierto.
Era un muchacho especial, Ricardo.
Pero un buen día, pasó el amor por su ventana. Cruzaron mil
caricias y mil besos, ilusiones y fantasías, tiernos abrazos y hasta dos
hijos...
Y Ricardito sólo vio pasar a una muchacha.

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