martes, 24 de noviembre de 2009

Nostalgia a media voz

Tus manos,
enjugando lágrimas imaginarias,
la espera, a las dos y media de la tarde;
qué lástima.

Tu risa,
tímida y silente;
esperando a ser encontrada.

Tu rostro,
que mientras caminamos,
se vuelve,
y me besas,
y reímos.

Cuánto extraño
tus susurros
junto a mi oído;
tus manos suaves
tomarme de la nuca
y acercarme a ti
para eternizarnos.

Qué suave tu andar
por esa calle.
Qué tibio tu pecho
durante aquel viaje.
Qué sordo el deseo
cuando caminábamos
y caminábamos
y caminábamos.

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