lunes, 26 de octubre de 2009

Antony Gormley

En el Antiguo Colegio de San Ildefonso se encuentra montada la exposición de Antony Gormley. $22.50 valieron la pena.
Sorprende un poco entrar de lleno al espacio y observar la figura de un hombre en el piso. No es lo que suele verse en los museos.
Es sorprendente cómo en un punto aplastado en el suelo la gente puede observar el tortuoso camino del artista hacia el autodescubirmiento crítico.
Al dar la vuelta para encontrarme con un montón de balas-semilla amontonadas en el suelo, me encontré con una silla, que en verdad nunca supe si era para sentarse, o era parte de la exposición ─lo mismo pasó con varios extinguidores─.
La habitación del pan me pareció maravillosamente...panil. Aunque la verdad yo hubiera usado pan integral ─o negro, en palabras de quien me acompañaba─.
La Reflection II me inquietó bastante. Hasta ese punto me parecía que el señor es un exhibicionista medio pervertido.
Cuando vi el Ferment lo único en lo que podía pensar era en cadenas de polímeros y estructuras cristalinas.
Luego llegarón algunos soldados en eterna turgencia viril, los insiders. Me inquietó particularmente el de la extrema izquierda. Parecía una sombra embarrada en medio de la sala. Parecía tan inexistente que, apenas me moviera desparecería.
Siempre he pensado en las estrellas como los vértices de una enorme poliedro tan irregular como infinito. Al parecer Gormley piensa igual que yo.

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