Mi teléfono celular no tiene mucho de espectacular. Mejor dicho nada. Toma fotos ─que se quedarán para siempre en su estúpida memoria interna─; graba unas cuantas pistas de audio; recibe y hace llamadas, así como mensajes, además de unas cuantas inútiles chucherías más para hacerle al cuento.
Hace un rato apereció en su pantalla que decía "La batería que está usando no es original. No recargará. Para más información contacte a su distribuidor".
Claro está que nunca le he tocado la batería, pero ahora se niega a decirme la energía restante en la misma.
Ahora resulta que muy fino...
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